Imaginarios que no corresponden con el ideal de sociedad y de Estado, que anhela el electorado, tal vez una campaña desenfocada, aupada por "enemigo externo". Temor a lo desconocido y a lo imposible.
Una campaña política extraña, una campaña signada por haber encontrado en el sistema político venezolano el enemigo a vencer. Generando temores entre el electorado que piensa que la instauración de la tiranía está a meses por llegar y establecerse, para nunca ceder el poder. y someternos a la destrucción de las sagradas libertades de la democracia, consagradas en la Declaración Universal de los Derechos del hombre y del ciudadano.
El temor parece tenerlo el núcleo social que obstante el poder económico y el gobiermo del Estado. en una sociedad con carencias y sin desarrollo de la libertad, y con una economía aunque solida, excluyente. La estrategia crear un enemigo en el sistema político venezolano, en todos sus actuales símbolos políticos y engancharlos a liderazgos colombianos, apartándonos de la problemática real.
El conflicto urbano, y los conflictos periféricos Tumaco, Chocó, el Catatumbo, Medellín y el sur de Bogotá, allí se concentran los mayores problemas sociales del país, surcados por el microtráfico y los cultivos de uso ilícito.
El país político negoció el fin del conflicto con uno de sus enemigos históricos. las inversiones en infraestructura aunque permeadas tradicionalmente por la corrupción avanzan y conectan a buena parte del país, las zonas de conflicto empiezan a vivir la llegada de incipientes infraestructuras e inversiones que no dejan de estar en el meollo de la corrupción.
Pero uno de los grupos políticos con el favoritismo del caso, enfrasca al país en la discusión del castrochavismo, mientras a su candidato no se le escucha soluciones reales a las problemáticas que atormentan a la población, se olvidan de que los hermanos venezolanos en condición de migrantes, desplazan plazas de trabajo formal, acrecentando sutilmente la desocupación del ciudadano colombiano, no se plantean salidas apara atender a la población migrante que llega hoy a superar el millón de personas en medio del rebusque o el transito hacia otros países.
La inseguridad en zonas periféricas con relación a Bogotá, la misma Bogotá y los principales núcleos urbanos, donde afrontan la arremetida de múltiples grupos delincuenciales, para nada ligados al castrochavismo, golpeando las economías locales y la convivencia ciudadana. Sin que los liderazgos le hablen a la población de como llevarles la esquiva tranquilidad.
La ciudadanía debe enfocarse, en el candidato que piensa en los problemas sociales y económicos, en el que piensa en formulas para generar empleo, emprendimiento; por el que piensa por la infraestructura regional y local, y por el que plantee soluciones a las problemáticas sociales del bienestar general de la población, la conectividad intrarregional, y quien garantice mecanismos judiciales y disuasorios de la inseguridad urbana; la ciudadanía debe enfocarse por quien garantice un desarrollo integral del campo, que piense en el bienestar de las familias campesinas de la Colombia profunda.
Por eso lo único de venezuela que nos debe importar, es la solución que de manera solidaria, podemos aplicar para atender al migrante venezolano, hasta que la hermana república se estabilice, solución que no debe afectar el desarrollo de nuestra nación y el bienestar de los que día a día se debaten en en el territorio por llevar bienestar a sus familias.
