miércoles, 12 de julio de 2017

UN GOBIERNO EN CRISIS

La configuración del equipo de gobierno, y la selección de los organismos de control. La Legitimación de la acción de gobierno, y de los procesos institucionales del Estado.

Constantemente ignoran los servidores públicos, tanto los de libre nombramiento y remoción como los denominados trabajadores oficiales, que sus cargos son para servir al público a la ciudadanía que con impuestos y votos sostienen el andamiaje gubernamental e institucional de donde estos derivan su sustento y bienestar. La premisa del servidor público parece ser la de "servirse de lo público y del público". Esta reflexión va orientada hacia esa clase política y a ese reducto social que encabeza la administración pública.

El mas emblemático caso de una crisis gubernamental es el de Venezuela, la inclusión de militares en el gabinete de gobierno, es una clara señal de la debilidad de las instituciones republicanas de este país, y particularmente de la debilidad de sus procesos políticos para tramitar las demandas sociales. La clara militarización de la política.Cuando la polarización cede al conflicto social, y este escala en su nivel de confrontación, el devenir de un dialogo con sus correspondientes cesiones habría sido el canal idóneo para la solución de la crisis de gobernabilidad que agobia a los venezolanos.

No se es ajeno en Colombia a esa crisis, y es imposible para cualquier colombiano no opinar sobre lo que pasa hacia el oriente, cuando en pequeñas localidades y en sitios inesperados de la geografía colombiana, nos topamos a diario con la migración venezolana, y sus correspondientes quejas acerca de lo que pasa allende las fronteras. Fenómeno inverso y al que aún los colombianos que viven su propia crisis, aún no nos adaptamos.

Para los que hemos nacido y vivido en democracias electorales, no concebimos la política bajo un sistema distinto, democracia popular y democracia representativa coexisten bajo los sistemas políticos democráticos, las reglas claras y definidas que dan la opción de cambiar de equipo de gobierno ya sea bajo elecciones, o por la presión de la opinión pública, que le permite al gobernante de turno enmendar el camino de la administración, o acudir a la opción ética y legal de dar un paso al costado, y bajo procesos políticos renovar la administración de turno. No es perfecto, no es universal, no es homogéneo, no es ortodoxo, pero permite alinear el gobierno con la opinión bajo los canales legales establecidos y aceptados o tolerados por la mayoría de los ciudadanos que se consideran políticamente activos. El ciudadano gobernante, el ciudadano que administra lo público es sometido al principio del respeto de la ley, y de servir a la ciudadanía que le permite con sus impuestos y sus votos hacer lo que hace guiado por alcanzar el bien común.

Que podría pensar quien ve a un contralor, cuya finalidad legal, política y ciudadana es velar por el buen uso de los recursos públicos. Se aprovecha de sus contactos en el sector público y usa para beneficio propio los recursos públicos sin la mas mínima "ruborización". Esperaría la ciudadanía que esta persona que no es elegida directamente, de un paso al costado, renuncie, permitiendo la oxigenación institucional, que los organismos públicos guiados por la ley, y conforme a la lectura que de la opinión pública hagan, elegir un contralor que de garantía de transparencia hacia la comunidad. De lo contrario caerían en la misma espiral que viven  en otras latitudes geográficas cercanas.

La ética pública, máxima rectora del servidor público, implica que si estoy moralmente impedido para ejercer un cargo público, la ética que orienta el ejercicio del trabajo público, indicaría que debería renunciar ya sea antes de tomar posesión de este, o cuando una acción en el ejercicio me impide política o legalmente continuar con el ejercicio del mismo. Esta lección va para el caso del fiscal anticorrupción, o el secretario de seguridad de la ciudad de Medellín. en este último no le impide como ciudadano buscar la paz de la ciudad, máxime siendo miembro del gabinete de gobierno municipal, es loable el proposito, pero su praxis anterior y su intención en pro de la felicidad de la ciudadanía, le impedian desde su ética asumir la responsabilidad de coordinar la política de seguridad de la ciudad. ya que podrian ser incompatibles dicha praxis anterior y propósitos personales con el ejercicio que el Alcalde le asignaría. 

Así que el ejercicio de un cargo gubernamental debe corresponder a mis capacidades ciudadanas, formación- experiencia, liderazgo entre otras, pero sobre todo la responsabilidad con la conciudadania, en la manifestación pública de los impedimentos para el ejercicio del mismo, en la busquedad de no afectar la gobernabilidad y legitimidad institucional, ni el proyecto electo, para que alcance los fines misionales, constitucionales, legales y políticos en cualquier ambito institucional y legal.

Son las consideraciones de un lider a la hora de estructurar un equipo, y son las consideraciones personales de quienes reciben dicha responsabilidad, considerar las opciones políticas de las personas, es decir su aporte a la gobernabilidad y a la legitimidad del proyectos político, o del proyecto institucional. siempre buscando el bienestar de la ciudadanía.









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