jueves, 14 de septiembre de 2017

Cultura Transmilenio

La incapacidad del gobierno  se refleja en parte en la cultura ciudadana alrededor de los espacios públicos.

Por: Avelino Diaz Rendón**

El derecho al trabajo, el derecho al espacio público, informalidad laboral. Quienes hayan hecho uso de Transmilenio en Bogotá con un mínimo de lectura crítica ciudadana, se habrán percatado del sinnúmero de venteros ambulantes que hacen uso del espacio interno de estaciones y buses para vender sus productos; la economía y la incapacidad de los sectores económicos de la ciudad para absorber esa mano de obra no calificada en algunos casos, son fiel reflejo de lo que se ven avocados los ciudadanos en un ambiente de incertidumbre. Pero están en su legitimo derecho de "rebusque". al margen están los llamados "patos" que constantemente y a pesar de las campañas de la administración evaden el pago del pasaje para hacer uso del servicio. y finalmente los habitantes de calle que igual que los patos, no pagan el pasaje y de otro lado intimidan a los usuarios, y casi le obligan a darles una moneda a cambio de su tranquilidad.


Loables campañas como la del Pato y el Cono, en el caos urbano de la Bogotá cotidiana, respuestas tardías a una cultura que responde a la falta de autoridad legitima, no importa en las estaciones la presencia de funcionarios de Transmilenio ni de policías, para aguantar el pato, más aún cuando el estado de la infraestructura y la prestación del servicio particularmente en horas pico es pésimo. no se establece un mínimo de confort ciudadano, que le permita viajar tranquilo, la autoridad no atiende el desorden caótico en el que ha caído el sistema. 

La cultura en Transmilenio no es mas que el resultado de la falta de gobierno y de autoridad, falta de gobierno que no se encarga de la adecuada gestión de la infraestructura de las  estaciones y de la eficiente prestación del  servicio, buses atestados en contra de la seguridad y la salud de los usuarios, tal vez por falta de explora con el sector productivo el cambio de horarios laborales incluso por zonas de la ciudad, que faciliten otros ritmos de uso del transporte, tan solo como idea. falta de autoridad ante la ausencia de ejecutores de medidas policivas que controlen la presencia de habitantes de calle y mal uso del servicio como patos, y trabajadores informales que la administración olvida en su organización de calidad del trabajo y el derecho de los mismos a calidad de vida para ellos y sus familias.

Al final la sensación es ausencia de administración y de autoridad. ausencia de políticas y planes para atender las problemáticas que hacen de Transmilenio un mal de ciudad.  Conozco pocos sistemas de transporte, y no es Transmilenio el único servicio problemático, basta con mirar Bangladesh o el servicio de trenes en la India, pero al final en cualquier ciudad del mundo, todos los ciudadanos quieren tener una vida ideal, y que por lo menos la administración se ocupe de los grandes problemas que la aquejan, y para Bogotá, sin lugar a dudas Transmilenio es uno de ellos.
*Los videos utilizados para este blog, son directamente obtenidos del servicio de youtube conectado a blogger.


**Politólogo, Magister en Hábitat, experto en gobierno y gestión de asuntos públicos. Director de Gabinete Ejecutivo

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